Fútbol
14-03-2025 22:11:10
Iván Icígar
El partido comenzó con un ritmo vertiginoso, desde el primer minuto la intensidad se guzo notar, intensidad en ambos conjuntos, obligando al colegiado a poner freno con dos tarjetas tempraneras: Joan Jordán y Álex Muñoz fueron los primeros en ver la cartulina. El primer tanto de la noche no tardaría en llegar, fue en el minuto 6 y en las botas de Toni Martinez. La jugada nació tras un tiro desde fuera del área de Carles Aleñá quien tuvo la fortuna de coger el rechace de su propio disparo, el catalán detectó el desorden en la zaga amarilla y aprovechó para enviar un pase medido al corazón del área donde esperaba el delantero valenciano quien puso el 0-1 con una volea que fue directa a la escuadra.
Lejos de venirse abajo tras el gol encajado, los de Diego Martínez reaccionaron con determinación. Empezaron a combinar con mayor fluidez, encontrando con más frecuencia a Fábio Silva en el área, una señal esperanzadora si querían darle la vuelta al marcador. Como es habitual, el luso se peleó con toda la zaga rival con la intención de sacar rédito para los suyos. El empate pudo llegar en apenas unos minutos; tras una gran cesión de Javi Muñoz, Silva tuvo la oportunidad de anotar con un mano a mano frente a Adrián Rodríguez. Cuando la acción podía parecer favorable para la UD, la presión asfixiante de Mouriño y Abqar dificultó de sobremanera el disparo del delantero.
Las Palmas siguió insistiendo, esta vez con Alberto Moleiro como principal recurso para desequilibrar. El canterano amarillo, siempre impredecible, sacó de la chistera un centro medido al corazón del área, donde apareció Álex Suárez para conectar un remate de cabeza sin necesidad de impulsarse. Sin embargo, el testarazo salió con poca potencia y terminó en manos del guardameta babazorro, desperdiciando una ocasión clara para poner las tablas. Cuando los chicos de Diego Martínez se encontraban en su mejor momento sobre el césped llegaron dos ocasiones consecutivas de los blanquiazules que dejaron en vilo al Estadio de Gran Canaria, ambas con el autor del único gol del partido como protagonista. En la primera acción, Martínez recogió el esférico con un control orientado y gracias a un disparo cruzado consiguió enviar el disparo al palo. De inmediato, el ariete valenciano volvió a castigar a la defensa amarilla ganándole la partida a Bajcetic y definiendo con precisión para firmar el 0-2. Sin embargo, el alivio llegó de inmediato: el linier levantó la bandera y el tanto fue anulado por fuera de juego, manteniendo con vida a los isleños.
Las Palmas no dejaba de intentarlo ya fuera con Moleiro, Silva o Sandro pero una y otra vez se topaban con el mismo obstáculo: Abdel Abqar. El central babazorro se erigió como un muro infranqueable, dominando su área y frustrando cada intento de los amarillos por igualar el marcador. Los grancanarios también probaban suerte desde fuera del área pero seguían sin encontrar la forma de romper por completo la defensa del Alavés. Bajo esta premisa acabó una primera parte con los de Diego Martínez por debajo en el marcador aunque con la sensación de que el empate podía ser solo cuestión de tiempo.
Ya en la segunda parte, el conjunto amarillo no cesaba en su empeño de buscar el gol del empate. Diego Martínez movió ficha en el descanso, dando entrada a Oli McBurnie y Mika Mármol en lugar de Stefan Bajcetic y Álex Muñoz. Con estos cambios, los amarillos ajustaron su esquema, apostando por una dupla ofensiva con McBurnie y Silva en la punta de ataque. En los primeros instantes del periodo, ya tuvieron oportunidad de obtener ese tan ansiado tanto. Tras una buena acción individual de Fábio Silva, el balón le llegó a un Sandro Ramírez que no pudo conectar un buen remate y el balón se acabó yendo largo.
Las ocasiones no serían solo de color amarillo, ya que los blanquiazules también gozaron de las suyas para ampliar su renta en el electrónico. Carlos Vicente lideró un contragolpe que encendió las alarmas en el Gran Canaria, avanzando con decisión hacia el área defendida por Jasper Cillessen. Sin embargo, justo cuando se disponía a encarar la portería, apareció Juanma Herzog con una intervención salvadora, metiendo el pie en el momento preciso para desbaratar la jugada. Poco tiempo después probarían desde fuera del área con Carles Aleñá aunque sin fortuna. El Alavés buscaba resolver sus acciones ofensivas con rapidez, aunque en ocasiones pecaba de precipitación en la toma de decisiones.
Pese a que la precipitación en sus ataques no estaba dando frutos a los de Coudet, en el minuto 63 encontraron la fórmula para golpear de nuevo y firmar el 0-2 en el Gran Canaria. Asier Villalibre consiguió filtrar un pase largo a la perfección entre la defensa amarilla que acabó recibiendo en carrera un Jon Guridi quien con sangre fría, recortó a Jasper Cillessen y definió sin oposición ante un Marvin Park que intentaba evitar el tanto. Aún con una gran desventaja y con ya poco tiempo para revertir la situación, los canarios seguían gozando de ocasiones que les darían un atisbo de esperanza. Prácticamente todas ellas tenían nombre y apellido: Oliver McBurnie. El delantero escocés tuvo varias oportunidades para estrenarse en liga, pero la historia siempre terminaba del mismo modo: sus remates se marchaban desviados o eran interceptados por una defensa babazorra que se mantenía firme hasta el final.
El ex del Sheffield United se vio las caras con Adrián Rodríguez en dos acciones casi consecutivas. En la primera tras recibir un gran pase de cabeza de McKenna, el ariete de la UD consiguió efectuar un disparo que no vio puerta porque chocó con el rostro del cancerbero argentino. En la siguiente acción llegó, sin duda, la ocasión más dolorosa de la noche para los amarillos. Esta vez, McBurnie sí logró sortear a Rodríguez con un recorte magistral, pero su remate, cuando la grada ya cantaba el gol, rebotó en un defensa babazorro. El rechace cayó en los pies de Alberto Moleiro en una posición buena para poner el 1-2 aunque no fue posible ya que el disparo se fue muy alto. En la recta final, la Unión Deportiva iba con todo al ataque mientras el Alavés estaba ya definitivamente encerrado atrás. En el minuto 89, McBurnie forzó un penalti clarísimo cuando un defensor interceptó con la mano un remate suyo. Desde los once metros, Fábio Silva no falló y avivó la esperanza en la isla, colocando el 1-2 y encendiendo el sueño de una remontada in extremis. En el 94 llegó el tan ansiado gol del empate para Las Palmas. Januzaj intentó sacar un centro que rebotó en la zaga blanquiazul para que apelando a la épica apareciera Alberto Moleiro con una volea que se dirigió a la portería de Rodríguez como un misil para perforarla y así conseguir el empate tras varios intentos por conseguirlo a lo largo de la noche.